Las lesiones son la dolencia más temida por parte de los corredores, probablemente, nuestro mayor temor. Cuando sufrimos un parón debido a una lesión, habitualmente caemos en un cierto vacío, a veces complicado de asimilar.
Como en cualquier dolencia o contratiempo en la vida, la buena predisposición que mostremos para recuperarnos de una lesión es determinante, a menudo para agilizar este proceso de rehabititación, para ver cosas positivas durante el mismo y para que nuestro humor no cambie, a negativo, durante este impasse en nuestros entrenamiento cotidianos.
Los piscólogos, generalmente, afirman que una recuperación exitosa requiere de un cierto grado de aceptación por parte del paciente, que con frecuancia, a los corredores nos cuesta hallar. Vamos a darte varias pautas para que este mal trance te sea más llevadero.
1) Apóyate en buenos profesionales
A menudo, se debe recabar más de una opinión entre los médicos, "fisos", etc. para hallar un diagnóstico que nos convenza, para que nos pongamos en manos de expertos que nos puedan curar mejor y, a poder ser, más deprisa. En cuestiones de salud, buscad más de un diagnóstico. Es un consejo muy extendido, pero creemos que muy acertado.
2) No te deprimas
Cuanto más te relajes y mejor aceptes lo que te ha pasado, mejor te recuperarás. Te lo tomes como te lo tomes, la lesión está ahí, y la mayor parte de los atletas han sufrido lesiones a lo largo de su carrera deportiva... Así que busca el lado positivo de estar lesionado (que lo hay), y ponte a trabajar en tu recuperación activamente. Piesa que desde le día en que te lesionas, cada instante que pasa es uno menos que falta para que vuelvas a correr.
3) Aprovecha el tiempo libre para hacer otras cosas
Como descansar, ir a ver a los amigos, iniciar aquel curso para el que nunca tenías tiempo, realizar pequeñas chapuzas ene el hogar, llevar a cabo un corto viaje, etc. Además, como hay carreras los doce meses del año, puedes reinventar tu temporada en cualquier mometo y fijarte nuevos objetivos para cuando vuelvas a la actividad.
4) Aprende de tus errores
¿Te ha slesionado por no estirar? ¿Por no ir al masajista? ¿Por llevar un calzado inadecuado? ¿Has ido alguna vez al podólogo? Pues si no es así, toma nota para que estos errores no se repitan, busca el lado bueno a este contratiempo; ahora tienes más experiencia. Hay lesiones inevitables, o "más accidentales", como una torcedura de tobillo, por ejemplo, pero otras nos llegan, en ocasiones, por culpa de nuestro olvido y nuestras prisas cotidianas.
5)Vuelve poco a poco
A menudo conocemos casos de corredores que, tras recuperarse de una lesión, pretenden regresar a los entrenamientos "a toda prisa", y ya, en la primera semana en la que no sienten dolores, realizan largos kilometrajes y series. Evidentemente, están "tomando atajos" para volver lo antes posible a su mejor nivel competitivo, pero seguramente, no les funcionará el "invento".
Cuando dejamos atrás una lesión hemos de ser conscientes de que nuestra dolencia probablemente no esté recuperada al 100%, que aún esté algo "viva" la rotura fibrilar o el hematoma un poco "tierno". Deberíamos volver a correr poco a poco para que, tanto a nivel cardiovascular como muscular, todo nuestro cuerpo (y no sólo la zona lesionada), se vayan adaptando a la vuelta a la actividad física.
Seguramente, todos conocemos el caso de algun atleta que, por querer "simplificar" etapas, ha realizado un montón de kilómetros en sus primeras semanas post-lesión, con la idea de volver lo antes posible a ponerse un dorsal. Al final, lo único que ha logrado ha sido, o bien recaer en su anterior lesión, o bien padecer una lesión nueva. Las prisas, generalmente, no son buenas consejeras.
1 hora a 5:30/km. Cómodo
1 comentario:
bien! buen y necesario articulo..
hoy mismo tengo unas molestias que ya me tienen obsesionado.. debemos de aprender a aceptar las lesiones como parte de esto. igual que la muerte es parte de la vida...
saludos
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